Lo primero que hay que hacer es acudir al ginecólogo. En general, el ejercicio está recomendado durante el
embarazo, pero siempre hay excepciones y se dan situaciones en las que la salud de la madre y el bebé corren peligro. Sólo después de una evaluación clínica completa, el médico podrá determinar si existe riesgo o no.
En general, las mujeres que ya practicaban este deporte antes del embarazo pueden continuar con la práctica, pero con moderación y sin forzarse demasiado.
Hay que evitar los deportes que impliquen riesgo de lesiones o caídas.
Si experimentais alguno de los siguientes síntomas, dejad de hacer ejercicio y llamad inmediatamente al médico:
sangrado vaginal, falta de aliento antes de hacer ejercicio, mareos, dolor de cabeza, en el pecho, debilidad muscular, dolor e hinchazón en los gemelos, disminución de los movimientos fetales, fugas del líquido amniótico.
Pero recordar que el médico es la persona que debe seguir el proceso y analizar cada caso.
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